Una noticia que recorrió el mundo es el fin de soporte técnico y de las actualizaciones de seguridad de Windows XP, que tiene 13 años de antigüedad y que es usado aun -pese a las actualizaciones del sistema operativo- por 20% y 30% de las computadoras que funcionan con Microsoft en todo el mundo.
El fin del soporte técnico significa que todas las computadoras que aún utilizan Windows XP serán vulnerables al malware o virus maliciosos, ya que Microsoft no lanzará nuevos parches de seguridad para hacerles frente.
Así, los usuarios de XP que deseen proteger sus equipos de las amenazas y quieran seguir utilizando Windows, deberán actualizar su sistema operativo a una versión más reciente.
El ingeniero en sistemas Nicolás Castillo explicó a Los Andes qué implicancias tendrá este cambio para los usuarios comunes.
“El principal problema es que sus sistemas quedarán expuestos a posibles ataques por parte de terceros. No existe software libre de fallas y lo mismo sucede con el sistema operativo de Microsoft. Las vulnerabilidades que son descubiertas, son resueltas a través de las actualizaciones”, dijo el mendocino que ganó un reality que le permitió viajar a Silicon Valley centro de la informática mundial.
De esta manera, Castillo explicó que cualquier falla o vulnerabilidad que no haya sido descubierta y resuelta hasta el momento, podrá ser aprovechada por personas mal intencionadas, comprometiendo la información y el correcto funcionamiento de los equipos.
“Por eso es recomendable que los usuarios actualicen sus sistemas operativos (SO) a otros que aún tengan soporte. No necesariamente deben ser productos privativos, existen muchas opciones de software libre gratuito que reemplazan a los productos de Microsoft y que pueden correr perfectamente en equipos antiguos o de pocos recursos”, dijo el especialista.
A actualizarse.
Cambiarse del Windows XP al más moderno, el 8.1, es lo que recomiendan desde la propia empresa.
Esta actualización implica que los usuarios deberán comprar la versión nueva, siempre y cuando sus computadoras tengan la especificaciones técnicas que lo soporten: un procesador de 1GHz (o superior), una memoria RAM de 1 GB para los equipos de 32 bits o de 2 GB para los de 64 bits y un espacio libre en el disco rígido de 16 GB en los equipos de 32 bits y de 20 GB en los de 64 bits.
“Si tu PC actual no puede correr Windows 8.1, es tiempo de que consideres comprar una nueva. Asegurate de explorar nuestra gran selección de nuevos equipos. Son más poderosos, livianos y estilizados que nunca antes”, promociona Microsoft, en un mensaje que figura en la página web del sistema operativo.
“La recomendación es similar a la que se le realiza a cualquier usuario, cambiar de SO en la medida de lo posible. Deberán analizar los costos de actualizar sus sistemas y compararlos con los riesgos que asumen al utilizar software que ya no tiene soporte”, añadió Castillo.
Para las empresas, la situación se presenta más complicada ya que son las que generalmente han adquirido el sistema operativo de forma legal. Tal es la problemática que, por ejemplo, los gobiernos del Reino Unido y Holanda le pagaron a Microsoft cifras millonarias para extender el soporte de Windows XP instalado en miles de computadoras del sector público.
“La mayoría de las empresas que tienen equipamiento no tienen posibilidad de migrar a otro sistema operativo. Porque, de hacerlo a Windows 7 -el más útil por su formato para algunas empresas- implicaría un cambio de hardware, ya que las máquinas más viejas no siempre van a soportar el SO nuevo. Nosotros nos vamos a quedar con el Windows XP que tiene el service pack 3 -junta todas las actualizaciones hasta 2009- con los últimos parches a la fecha”, dijo Alfredo, jefe del área técnica de una empresa.
Entre los usuarios de Windows XP se encuentran unidades policiales, bancos, estudios jurídicos y restaurantes, además de particulares. Los piratas informáticos probablemente ya encontraron nuevas formas para penetrar en las PC que utilizan XP y podrán lanzar sus ciberataques sin que Microsoft haga nada para bloquearlos.