Cualquier persona que haya instalado un nuevo SSD o HD en su PC, o incluso haya migrado de Windows 10 a una versión anterior del sistema operativo, debe haber encontrado los acrónimos MBR y GPT antes de continuar con la instalación. Ambas tecnologías están dirigidas a tipos muy diferentes de sistemas, y elegir entre ellos no es difícil. Los discos MBR, por ejemplo, son mejores para computadoras viejas, sin BIOS UEFI o con sistemas operativos anteriores a Windows 8.1.

Ya el GPT, por otro lado, es la mejor opción para computadoras nuevas y sistemas más nuevos, ya que tiene una mayor capacidad para crear particiones, por ejemplo. Consulte más información sobre estas tecnologías a continuación y descubra la diferencia entre ellas.

¿Qué son MBR y GPT?

MBR y GPT son estándares que determinan cómo se almacenan los datos en el disco. Esto incluye cómo se distribuyen las particiones y cómo se comportan estas unidades SSD o HDD si instala un sistema operativo de arranque en ellas. Aunque cumplen la misma tarea y tienen compatibilidad con diferentes sistemas operativos, ambas son tecnologías diferentes y es importante conocer sus diferencias para elegir correctamente.

MBR y GPT: diferencias

Las particiones son límites lógicos que dividen el espacio de los medios. De esta manera, se crean unidades más pequeñas, que se comportan como si fueran discos duros independientes, aunque, en la práctica, coexisten dentro de la misma pieza de hardware.

MBR significa «Master Boot Record». El antiguo estándar ahora está siendo reemplazado por GPT, que significa «Tabla de particiones GUID». Entre las limitaciones del MBR está el hecho de que no permite al usuario establecer más de cuatro particiones primarias en el mismo disco. Por otro lado, GPT puede crear hasta 128 particiones diferentes dentro del mismo disco en Windows; otros sistemas operativos pueden tener límites aún mayores.

Aunque es raro que necesite tantas divisiones, hay otra limitación de esta tecnología que es más evidente para el usuario promedio: el MBR reconoce particiones de hasta 2 TB, lo que significa que este estándar no se recomienda para discos duros y SSD con mayores capacidades. GPT, a su vez, cuenta los sectores de medios de almacenamiento de otra manera, permitiendo el soporte de 9.4 ZB (zetabytes, una unidad que representa un billón de gigabytes).

Otra diferencia entre las dos estructuras es la forma en que funcionan con el arranque del sistema operativo. En el MBR más antiguo, los registros que permiten que la computadora «encuentre» el sistema y comience a cargar están en una sola partición. Si algo sale mal con el disco y estos datos están dañados, es posible que la PC no arranque. En GPT, estos problemas se alivian con el uso de una estructura de replicación, que coloca copias de los datos de arranque en otras particiones del disco, haciendo que el sistema sea más robusto.

¿Cómo elegir?

Es común que durante el proceso de instalación e inicialización de un disco duro secundario, o después de formatear un nuevo SSD o HD, el usuario se enfrente al mensaje que pregunta qué estándar se usará en el nuevo disco. La respuesta es fácil: si los medios se usarán en computadoras con Windows 8.1 en adelante o con otros sistemas operativos más nuevos, hay pocas razones para insistir en el viejo MBR.

Sin embargo, si el disco se usará en computadoras más antiguas con sistemas operativos anteriores a Windows 8, el MBR será una mejor opción debido a la compatibilidad. Otro detalle es la capacidad: si ha invertido en un gran disco duro, GPT le permitirá utilizar todo el espacio en una gran partición.

¿Es posible intercambiar uno por otro sin perder datos?

Existen herramientas que le permiten cambiar de MBR a GPT sin perder datos. La conversión lleva unos minutos y puede ser una forma interesante de corregir un error, por ejemplo. Si bien esto es posible, siempre es bueno tener en cuenta que cualquier cambio en la estructura del disco y las particiones puede conducir a la pérdida de datos. Por lo tanto, antes de cambiar el modelo de partición de la unidad, puede ser interesante hacer una copia de seguridad de los datos guardados en el HD o SSD.

Es posible averiguar qué patrón utilizan los componentes a través del Administrador de discos de Windows o en herramientas equivalentes de otros sistemas. En el Administrador, haga clic derecho en la unidad deseada y elija «Propiedades». Luego, seleccione la pestaña «Hardware» y acceda a «Volúmenes». Luego, seleccione el disco que desea inspeccionar y haga doble clic para abrir la ventana.